No se preocupen. No voy a dedicarle ni una sola línea a la ínclita Ministre Yolanda Díaz ni a sus siempre chulísimas declaraciones. La verdad es que, con lo que invierten los miembros del gabinete de su Sanchidad en “lanzar” manifiestos para la prensa sincronizada, no sé cuándo tienen tiempo para trabajar. Ahora que lo pienso, lo mejor que le puede ocurrir a este país, es que sus creativos gobernantes, estén todo el día escribiendo mensajitos en las redes sociales, así todavía podemos albergar alguna esperanza de superar los problemas que generan.

Esta semana le han tumbado al gobierno de nuestro Gran Timonel dos proyectos legislativos estrella. El proyecto del techo de gasto, fase inicial de la presentación de presupuestos, y el otro, para el obligatorio reparto de menas por todo el país. Este gobierno, que aunque no se cansa de repetir que “ganaron las elecciones” está en franca minoría, necesita de toda su alocada coctelera Frankenstein para gobernar. En la anterior legislatura, el juego de equilibrios de su Sanchidad no era tan exigente, pero ahora los necesita a todos, y para ello, una chequera mucho más grande para ceder ante los continuos chantajes de sus socios.

Con la burrada del asunto de los menas, siempre disfrazada de solidaridad y buen y generoso corazón, los datos son verdaderamente alarmantes. No hay nada, como que al gobierno no le salgan las cuentas en el parlamento, para que quede reflejado que no es que no sepan sumar, es que saben mentir. Y mienten mucho. Eso sí, con gran corazón.

Empezaron hablando de reagrupar a 300 menas que había en Canarias. La primera puntualización es que la “opinión sincronizada” siempre nos habla de niñas y niños desamparados, que vienen huyendo de la guerra y los conflictos. Los que vivimos en Canarias, vemos pocos niños y ninguna niña. En cuanto a lo de sumar, a lo de los 300, por ser Canario, por vivir aquí, me ahorro los comentarios. Lo que vemos todos los días son hombres jóvenes, en edad de incorporación a filas, y con poco aspecto de desamparados. El que tenga alguna duda, que se dé un paseo por los municipios de nuestra Comunidad. Es una apuesta segura.

Volvemos a lo de sumar. Inicialmente se trataba de resolver un problemilla de 300 menas. Cuando se estaba gestionando la propuesta parlamentaria pasaron a 6.000, y el pasado martes el Ministro Torres afirmó que si no se tomaban medidas estaríamos enfrentándonos a finales del verano a más de 20.000 menas concentrados en Canarias. ¿Por qué nos engañan? ¿Qué pretenden?

Recuerden que en la Conferencia Sectorial de Infancia y Adolescencia, que tuvo lugar el 10 de junio, Gobierno y comunidades aprobaron el reparto voluntario de 347 menas, con una dotación de 20 millones de euros. Así, está previsto que Andalucía acoja a 30 menores, Aragón 20, Asturias 24, Baleares 10, Cantabria 29, Castilla y León 21, Castilla-La Mancha 20, Cataluña 31, Comunidad Valenciana 23, Extremadura 30, Galicia 26, Madrid 30, Murcia 16, Navarra 15, País Vasco 18 y La Rioja 4. Y ¿con los 20.000 restantes que vamos a hacer?…

Porque mira que se la han armado a VOX por negarse a suscribir esta suicida política migratoria, en una muestra de inhabitual cumplimiento del programa de un partido político. Han demostrado con su decisión, no solo que están encontrando su verdadero camino, sino que no ceden a las cambiantes y dóciles políticas de un PP, que nunca defrauda, a la hora de demostrar que es lo mismo que el PSOE. Crucificaron a los de VOX, porque insolidariamente se negaban a repartir a 20 menas por comunidad, y ahora, están hablando de que son o van a ser 20.000 ¿Quién hace las sumas?

Por otro lado, los malos son los de VOX, no los de JUNTS que han abandonado al PSOE amnistiador, al negarse a admitir ni un solo mena en Cataluña. Ese doble rasero de la progresía me fascina. Todas las guerras son malas y siempre hay que apostar por la paz…salvo que sea para combatir al fascismo. Todos los asesinatos son malos, salvo que tenga etiquetado al gobernante, o aspirante a presidente de los EEUU, como un tipejo conservador. Todo siempre depende…como las sumas.

Retornando al meollo, nuestro Gobierno, se ha acostumbrado a lo fácil, amenaza con utilizar nuevamente la fórmula del Decreto-Ley, es decir, la fórmula del ordeno y mando. Creo que en el argot de la casta, se llama “formula Moncloa”  El «plan b» sería aprobar como Decreto-Ley la reforma de la Ley de Extranjería en Consejo de Ministros, tal y como ha reclamado nuestra Comunidad, si cuenta con el apoyo del PP, con el fin de que se aplique de forma inmediata. El Ministro Ángel Victor Torres afirmó: «Es más, si el Partido Popular nos traslada su apoyo, el Gobierno la llevará al Consejo de Ministros como decreto-ley para que se aplique de manera inmediata y luego se convalide con el sí del PP 30 días después. Pero sin ese apoyo no es posible convalidarlo», señaló. A su juicio, es «preciso, imprescindible y básico» que el PP dé su apoyo y colabore luego en la medida.

La inmigración ilegal es una de las cinco inquietudes fundamentales en España, por lo que poca gente comprende el pacto entre el PSOE y el PP para repartir a los menas que lleguen a la península. Es cierto que hace nada, ambos partidos apostaron por legalizar a más de medio millón de inmigrantes que han accedido ilegalmente a nuestro país. Esto es lo que promueve el escandaloso efecto llamada.

Solo le preocupa más que la inmigración ilegal a los españoles otros grandes problemas como el paro y la falta de trabajo, que inquieta al 37 % de la población, los retrasos y recortes en la sanidad  12%, la absoluta desconfianza en la clase política por problemas como la corrupción 5% y la extrema dificultad para acceder a una vivienda digna 6%. En cambio, supuestos problemas con los que nos bombardea el gobierno como el cambio climático, están en el puesto 35 de la mayoría de las estadísticas. 

En España no pasará nada que no hayan sufrido antes en otros países de Europa en relación a la inmigración africana (magrebí y subsahariana). Lo que está ocurriendo desde Suecia hasta Francia y desde Irlanda hasta Grecia, es lo que está empezando a ocurrir en España: una islamización creciente de estas sociedades, favorecida por su natalidad desbordante y por el ocaso de la autóctona. Los partidos de siempre, instrumentos de la globalización, son cortoplacistas y realmente lo ven como un gigantesco caladero de nuevos votantes. Eso es verdad. En el medio plazo, pero después, como ya ocurre en muchos sitios de Europa, y es totalmente lógico y natural, la gente siempre vota a su gente. Es cuestión de sumar.

Luis Nantón Díaz